nota: La seguridad social en el mensaje del papa Francisco

 
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Tiempo de Pensar
01-04-2013 19:56:12
La seguridad social en el mensaje del papa Francisco

Ratifica el concepto de “justicia social” y de universalidad, que no es más que el compromiso de la sociedad toda.
La seguridad social aparece como la respuesta que da la sociedad a todos y cada uno de sus miembros para que estén exentos de todo aquello que afecta su integridad psicofísica, por eso aparece como un sistema eminentemente protectivo, donde en virtud de la hermandad de la humanidad quedan todos comprometidos para ser constructores de la eliminación de las necesidades y de la paz social.
Ha sido emblemático el mensaje que el papa Francisco envió a los argentinos momentos antes de ser consagrado como obispo de Roma y elevado al ministerio petrino.

Pidió que “cuiden la vida, cuiden la familia, cuiden la naturaleza, cuiden los niños, cuiden a los viejos”, y al pedir que dejen de lado los odios y las envidias nos invita al diálogo para que ello sea producto del accionar conjunto.
Precisamente lo que el Papa menciona son los lineamientos básicos que indican el camino de la seguridad social. Al referirse a la vida se refiere a la vida humana, a la dignidad de la vida humana considerando que el ser humano es la criatura más excelsa de la creación desde la concepción y a la cual deben converger las acciones y los desvelos individuales y colectivos de toda sociedad.

Cuidar la familia es proteger a la familia, y la familia es el fundamento de la sociedad, es la célula primigenia de la misma donde las personas aprenden a vivir, se inspiran para el progreso, abrevan los principios relacionales humanos y trascendentes.
Cuidar a los niños es también tener presente que son la parte de la sociedad más débil y que en la medida en que ese cuidado sea integral se podrán dar las bases para que la sociedad viva en paz y en armonía.
Cuidar la naturaleza es cuidar la fuente de vida creada por Dios con una perfección tal que se constituye en el hábitat propio del ser humano y de la creación en general, absorbiendo de la misma los elementos indispensables para la subsistencia. Atentar contra la naturaleza es atentar contra un bien social que en definitiva es el camino que afectaría la integridad y dignidad del ser humano.

Cuidar a los viejos es cuidar a un sector de la sociedad que está absolutamente necesitado por las limitaciones etáreas y por las necesidades que las mismas acarrean y que no pueden ser satisfechas por ellos mismos.
También en el mensaje se preocupó por el tema de la pobreza como una cuestión generadora de limitación y que afecta al sujeto que la padece al que le impide acceder a los bienes que necesita en el momento en que aparecen las necesidades y que le obstaculizan el acceso a la protección de la salud, el acceso a la cultura, al desarrollo humano e intersubjetivo y, en general, le impiden disponer de los bienes necesarios para vivir bien y acorde a su dignidad, en el contexto sociocultural donde le toca vivir.

Es interesante destacar también cómo desarrolla el concepto de cuidar, y a esto le da una connotación existencial y dinámica, de otear permanentemente los acontecimientos generadores de necesidad y, por consiguiente, creadores de nuevas soluciones. Indica una forma de actuar de los individuos de las sociedades intermedias y de la gran sociedad de cada nación. Custodiar es vigilar, de tal modo que reporta una actitud de permanente visión de la realidad para adecuar los sistemas protectivos a los cambios sociales, jurídicos, culturales, económicos y políticos que siempre son los antecedentes de cambios y que deben iluminar el perfeccionamiento del cuidado de la dignidad de la persona.

Al hablar en su primera aparición ante la multitud que lo recibió como nuevo Pontífice, destacó de una manera especial ‘que todo el mundo sea una gran hermandad‘. Así, implícitamente puso énfasis en lo que significa ser hermano, y que en el lenguaje de la seguridad social se traduce en el concepto de ‘solidaridad‘ generacional donde la clase activa presta socorre a la clase pasiva, esto es, a los ‘necesitados‘ y a los que están en el sector de mayor vulnerabilidad en la sociedad.
A la solidaridad le da una connotación “activa” cuando se refiere a “la vocación de custodiar”, que en el campo social implica el compromiso de todos para “proteger” a los necesitados que son en definitiva los destinatarios de todo sistema de seguridad social. Todos para todos.

Remarcó esta idea cuando nos pidió el favor de ‘caminar juntos, de cuidar los unos de los otros, de cuidarse entre ustedes‘.
También la solidaridad así redimensionada, que compromete a todos, la orienta en forma específica a que se practique teniendo en cuenta el objetivo y los sujetos de la seguridad social: la vida, la naturaleza, los niños, los viejos, los más pobres, los más débiles, los más pequeños, cada hombre y cada mujer.

Esta concepción integradora está encaminada a que se tome conciencia de que “todo está confiado a la responsabilidad del hombre y es una responsabilidad que nos afecta a todos”.
Finalmente a la solidaridad le da también un sentido muy profundo cuando se refiere a que el proceso de ayuda debe ser ‘de corazón‘, y cuando dice también que ‘depongamos toda forma de división y de odio’.
Ello, sin lugar a dudas, le da una connotación ética a la solidaridad que va más allá de una situación formal y compromete el modo de actuar en la vida.

Las primeras palabras del Papa

Como vemos, las primeras palabras orientadoras del papa Francisco estuvieron dirigidas a determinar con precisión cuáles son los sujetos de la seguridad social: los pobres, esto es los necesitados, los vulnerables, los niños, los ancianos, los enfermos y los privados de la libertad.
Y al dar ese mensaje para todos los hombres de buena voluntad, extendiendo con ello los destinatarios de su llamamiento, resaltó el principio de universalidad, propio de la seguridad social, que reporta el principio de igualdad y de la no discriminación.

Por Bernabé L. Chirinos
Presidente de la Cámara Federal de la Seguridad Social.